LIGHTNING
La obra anterior de Giancarlo Vitor tuvo como tema recurrente a la violencia. Con un sólido sustento conceptual su obra inicial era eminentemente ideológica en tiempos en que el país demandaba a sus artistas una directa participación a los acontecimientos que vivíamos. Pero lejos del panfleto su obra más elaborada analizaba, además, las distorsiones de la comunicación visual contemporánea, como ocurrió con una memorable serie que lo llevó a investigar en los archivos de los medios de prensa escrita más importantes del Perú, la imágenes tomadas por los reporteros gráficos, los recortes en la mesa de edición y la publicación final. Eran obras monumentales cuadros en los que el artista reproducía la totalidad de la fotografía original, las rallas donde la edición decidía cortar y la publicación final. Se trataba de una serie que llegaba a cuestionar la objetividad de la fotografía, porque de esta obra se desprende que lo que vemos a través de ella no es el mundo o la realidad, sino la percepción de éste captada por un fotógrafo. De esta serie Giancarlo Vitor fue derivando un nuevo proceso experimentando en la tradición y concentrándose en los fenómenos de la luz sobre los objetos. Eran piezas de formatos muchas veces heroicos, donde la mirada del artista magnificaba los tamaños de los detalles cotidianos para convertirlo en un eje que recibía la luz y la desplazaba a todo el entorno.
“LIGHTNIING”, la nueva serie de Giancarlo Vitor, es un vuelco total a lo que venía haciendo. Hoy, por primera vez en mucho tiempo, Vitor abandona su espacio intimo, se aleja de los objetos de su cotidianidad, de su taller y sale a las calles para captar el movimiento de la ciudad en cuadros sorprendentes en los cuales el pintor reproduce a su manera el movimiento de la cámara, utilizando el gesto para otorgar movimiento a lo estático, particularmente en el caso de los carteles luminosos, o capturando el desplazamiento de automóviles cuyas luces van formando líneas de colores haciendo de esta manera que el paisaje nocturno urbano se vuelva alucinado. Así Giancarlo Vitor crea un nuevo misterio porque si en algunos cuadros la velocidad de la toma original hace que sólo quede el registro de la luz, en otros es posible avizorar automóviles o camiones avanzando a velocidades variables mientras que el entorno sólo se define por las luces que lo rodean. Son cuadros que nos asoman a esa urbe que aliena al individuo. Pinturas que nos hablan de una ciudad y ninguna: pero todos hemos estado ahí alguna vez, sabemos dónde queda, allí: a la vuelta. En esta obra, poco a poco, se van descomponiendo calles, autos, luces, para convertirse en obras casi abstractas, donde neones y vayas, azules, blancos, amarillos y verdes, son trazos de ese mundo que esta afuera, que nos toca… que nos deja atrás.
“LIGHTNING”, la muestra de Giancarlo Vitor, permanecerá en exhibición hasta el 16 de mayo de 2009
Texto basado en fragmentos de comentarios de Mirie de la Guardia y Luis Lama.
Mediante un riguroso fotorrealismo el artista fue llegando rápidamente a la madurez derivando de las acciones sociales hacia las perturbaciones del mundo interior. De esta etapa de acercamientos, prácticamente cinematográficos, de primeros planos a piezas que suelen pasar desapercibidas, les otorgaba una dimensión a través de un lenguaje más próximo al cine que de la pintura, en una obra que se encargaba de renovar nuestras formas de ver a partir de una exigente tradición de buena pintura.
El resultado se veía en obras intemporales, donde los utensilios de nuestra vida diaria adquirían el carácter de símbolos de nuestros modos de vivir, de instantes de nuestras existencias. De esta época son también las flores y los frutos, cuyos tamaños los convertía en un conjunto armónico de colores, cuyas formas solamente podrían ser aprehendidas por la retina al alejarnos de ellos.
En el 2007 , Vitor, comienza una nueva busqueda, cuyos primeros resultados son presentados el 2008 en la feria de arte ArteBA, desarrollada en la ciudad de Buenos Aires. El mismo Año, Vitor presenta NOCTURNO interior-exterior, en Allegro Galeria (Ciudad de Panama), muestra ambigua en la que muestra el proceso que determina el final de la estapa anterior de imágenes fotorrealistas para consolidar el inicio de esta nueva etapa.
“LIGHTNIING”, la nueva serie de Giancarlo Vitor, es un vuelco total a lo que venía haciendo. Hoy, por primera vez en mucho tiempo, Vitor abandona su espacio intimo, se aleja de los objetos de su cotidianidad, de su taller y sale a las calles para captar el movimiento de la ciudad en cuadros sorprendentes en los cuales el pintor reproduce a su manera el movimiento de la cámara, utilizando el gesto para otorgar movimiento a lo estático, particularmente en el caso de los carteles luminosos, o capturando el desplazamiento de automóviles cuyas luces van formando líneas de colores haciendo de esta manera que el paisaje nocturno urbano se vuelva alucinado. Así Giancarlo Vitor crea un nuevo misterio porque si en algunos cuadros la velocidad de la toma original hace que sólo quede el registro de la luz, en otros es posible avizorar automóviles o camiones avanzando a velocidades variables mientras que el entorno sólo se define por las luces que lo rodean. Son cuadros que nos asoman a esa urbe que aliena al individuo. Pinturas que nos hablan de una ciudad y ninguna: pero todos hemos estado ahí alguna vez, sabemos dónde queda, allí: a la vuelta. En esta obra, poco a poco, se van descomponiendo calles, autos, luces, para convertirse en obras casi abstractas, donde neones y vayas, azules, blancos, amarillos y verdes, son trazos de ese mundo que esta afuera, que nos toca… que nos deja atrás.
“LIGHTNING”, la muestra de Giancarlo Vitor, permanecerá en exhibición hasta el 16 de mayo de 2009
Texto basado en fragmentos de comentarios de Mirie de la Guardia y Luis Lama.
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